Lo primero que leemos en la Biblia es que Dios «creó los cielos y la tierra» (Génesis 1:1). Ésta es una afirmación única y sorprendente. Rodeados por pueblos acostumbrados a relatar sus propias versiones de los orígenes de todas las cosas desde el politeísmo, el dualismo, el caos primigenio. los elementos básicos, las aguas primordiales, o el panteísmo; los creyentes bíblicos afirmaron que existe un solo Dios y que Él creó todo cuanto existe. Esta convicción es básica respecto al resto de la enseñanza Bíblica. Sólo un Dios creador único, puede ser el Dios de la fe que proclama la Biblia.
A medida que fue pasando el tiempo los distintos escritores bíblicos siguieron reiterando y ampliando su fe Dios, El Creador. Juan 1:1-3 comienza el relato del evangelio acerca de Jesús con una afirmación directa de la fe en Dios como creador de todo lo que existe. De la misma manera, el escritor de los Hebreos plantea esta afirmación como fundamento de la enseñanza cristiana (Hebreos 11:3). El último libro de la Biblia lo repite también (Apocalipsis 4:11). Antes que Dios no había nada. Todo lo que existe empezó en el momento en Dios hizo que existiera.
El mundo fue creado por Dios, distinto y separado de Él. No es algún tipo de prolongación o emanación de Dios como algunos antiguos solían creer. La naturaleza es buena porque Dios la hizo así y declaró que lo era. Nosotros admiramos, valoramos y respetamos la naturaleza como una obra maestro del Creador; pero no la veneramos ni le atribuimos poderes mágicos. Con confianza creemos que podemos usar, administrar, y beneficiarnos de las cosas creadas. pues así nos ha instruido Dios. Pero reconocemos que nada de lo que existe es nuestro y que somos responsables ante el creador por la forme que usemos los recursos que Él no ha dado.
Por otra parte creemos que el ser humano también fue creado por Dios. No somos dioses pequeños, ni aparecimos por extensión de Dios. Él nos formó por su pura voluntad. Nada del ser humano o de la creación es inherentemente malo. La maldad ocurre cuando un ser libre escoge ir en contra del diseño de Dios, formando su propio mundo de oscuridad y desamor.
Varios textos en el Antiguo y el Nuevo Testamento dan testimonio de la fe en la doctrina de la creación (Deuteronomio 4:32, Amos 4:13, Jeremías 10:12, 27:5, Isaías 40:26-28, 43:1-7, 45:8-18, 54:16, Marcos 13:19, Hechos 4:24, Romanos 1:25, Colosenses 1:15-17).