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Archive for February, 2013

Mis reflexiones sobre las ventajas de la música “a capela”.

1. Trasciende lugar y cultura. Cualquier iglesia en cualquier parte del mundo puede cantar.

2. Trasciende la época. Siempre, en cualquier época pasada o futura, es posible cantar.

3. Trasciende estructuras y especializaciones. Cualquier persona puede cantar. No hace falta ningún entrenamiento especial, ni se requiere ninguna habilidad particular.

4. En el sentido más bíblico, transmite mensaje sin acondicionamientos. Cantar es como hablar entre nosotros, enseñarnos, aconsejarnos, consolarnos unos a otros (Efesios 5:19, Colosenses 3:16).

En el sentido más bíblico, es una expresión excéntrica de nuestra fe porque 

5…En contraste a nuestros contextos seculares que valoran el profesionalismo y la belleza externa de las producciones musicales, el canto sólo requiere “melodías en el corazón” (Efesios 5:19).

6. Busca complacer directamente al Señor y no a una audiencia humana, lo cual es el objetivo de la música secular (Efesios 5:19).

7. Es netamente espiritual, pues no requiere ningún recurso de talento humano. Dios recibe el canto de corazón así venga del músico talentoso, o el del neófito que desentona y no sigue el compás.

8. Destaca la importancia del mensaje-palabra-de-Dios que no requiere de habilidad, pericia o genio humano.

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La pregunta que, a mi parecer, debemos plantearnos respecto al uso litúrgico de los instrumentos musicales por parte de la iglesia primitiva es la siguiente: ¿Porqué y qué significan estos datos?

 

(1) Los 27 libros del NT cubren aproximadamente los primeros 60 años de la historia de la iglesia en un territorio que se extiende desde Jerusalén hasta Roma. Se desarrollaron entonces tanto iglesias rurales como iglesias urbanas y el crecimiento de la fe fue exponencial. Pero no existe evidencia alguna de que aquellos cristianos hubieran usado litúrgicamente los instrumentos. Solamente se menciona el canto.

(2) La literatura cristiana post apostólica que cubre una inmensa diversidad de temas y experiencias de la iglesia en aquel periodo, tampoco presenta evidencia alguna de que las distintas iglesias en ninguna parte de la cuenca mediterránea hubieran usado instrumentos en sus liturgias. Solamente se menciona el canto. Puede consultarse el libro: Music in Early Christian Literature (Cambridge Readings in the Literature of Music) por James W. McKinnon. Este libro compila más de 400 citas sobre la música en la literatura cristiana temprana hasta el año 450 d.C.

(3) El canto como aspecto característico de la expresión cristiana de la fe es tan notorio que Plino, gobernador de Bitinia, reportó a Trajano en 112 d.C que los cristianos, «tienen por costumbre reunirse un día determinado, al amanecer, para – carmenque Christo quasi deo dicere secum invicem (decir que Cristo es Dios en cada canción).»

(4) El cristianismo nació y se desarrolló en una cultura musical como se aprecia en las Escrituras hebreas y en el extenso uso de instrumentos musicales en funerales, comidas, y otras ocasiones sociales. Consecuentemente, el silencio de las fuentes respecto a la música instrumental en la liturgia no obedece a factores culturales.

(5) El cristianismo pronto entró en contacto con diversas culturas cuyas convicciones religiosas incluían la creencia de que la música instrumental era placentera a los dioses (Quasten, Music and Worship in Pagan and Christian Antiquity, p. 1) e incluso útil para invocar su presencia y expulsar demonios (ibd. 15-17). Puesto que muchos cristianos llegaron a la iglesia provenientes de ese medio, el dicho silencio de las fuentes no resulta del desconocimiento del uso cultual de la música instrumental.

(6) Los cristianos pronto se identificaron como el pueblo nuevo de Dios, herederos del pacto nuevo de Dios, mejor y permanente. Consecuentemente, el silencio de las fuentes no se debe a la herencia de la liturgia en la sinagoga.

(7) Los cultos paganos, acompañados de instrumentos musicales, eran generalmente mágicos, sensuales y engañosos. Por supuesto los escritores líderes cristianos denunciaron esas prácticas, pero no hay evidencia de que tales denuncias estén relacionadas con el uso de música a capela en las iglesias. Consecuentemente el silencio de las fuentes no se debe a la polémica con los cultos paganos.

(8) Ni los escritores bíblicos, ni las primeras fuentes del periodo post apostólico hablaron peyorativamente de la música instrumental ni del arte como tal. Al contrario, usaron conceptos musicales para ilustrar sus exposiciones (v.g. I Corintios 14, la adoración celestial en el Apocalípsis, la definición agustiniana de la música como «técnica bien mesurada» –ars bene modulandi– Wiser Than Despair: The Evolution of Ideas in the Relationship of Music and the Christian Church, Quentin Faulkner, p. 75). Por consiguiente el silencio de las fuentes más tempranas no se debe a las influencias ascéticas y neoplatónicas de la cultura helénica, presentes ya en épocas más tardías.

(9) Escritores de la talla del compositor y musicólogo Egon Wellesz sostienen que el uso de órganos y otros instrumentos estaba prohibido en las iglesias (A History of Byzantine Music and Hymnography, Egon Wellesz, p32)

(10) En este gran contexto encontramos las alusiones paulinas al canto, con su énfasis particular en el mensaje y la peculiar expresión “adontes kai psallontes tes kardia humon to kurio» (cantando y “haciendo música” en sus corazones al Señor) –Efesios 5:19).

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